El rediseño del Mercado El Ermitaño transforma un espacio emblemático con más de cinco décadas de historia en un centro comercial, social y cultural moderno, sin perder su identidad tradicional. La propuesta integra dos niveles comerciales y un semisótano, optimizando el flujo de visitantes y la operación logística con estacionamientos y área de proveedores.

El primer nivel reúne 215 stands de productos frescos y abarrotes, mientras que el segundo concentra 95 stands de comida y un amplio patio de comidas, fomentando la convivencia y el intercambio gastronómico. La azotea, adaptada para deportes como fulbito y vóley, y las áreas para eventos y festividades, convierten el mercado en un espacio multifuncional de encuentro comunitario.

Su arquitectura combina modernidad, funcionalidad y tradición, revitalizando la imagen urbana, atrayendo nuevos usuarios y consolidando su rol como un punto de referencia para el comercio y la vida social en Independencia.